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Luis Miguel Villar Angulo

Úbeda y el Renacimiento

Úbeda y el Renacimiento.

Sin duda, me situé en la Plaza Vázquez de Molina de Úbeda para reconocer la monumentalidad de la arquitectura de Andrés de Vandelvira que se levantaba en un pedestal dirigiendo las obras de este municipio de Jaén (Patrimonio de la Humanidad con Baeza, en este blog) y de buena parte del Renacimiento español. Prodigioso arquitecto de soluciones inverosímiles. Estaba en una zona del casco antiguo que destilaba arte en muchas de las fachadas de piedra.

La Plaza tenía traza irregular para albergar monumentos dispares que permitían al visitante recorrer en cinco minutos los 350 mts. de distancia que existían entre la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares (al oeste) y el balcón de la Calle Baja del Salvador (al este), con un mirador que desvelaba colinas peinadas con olivos. A izquierda, derecha y fondo de la Basílica se encontraban los edificios más sobresalientes que relato más abajo, desde la sede del nuevo Ayuntamiento (antiguo Palacio de Vázquez de Molina), el Parador de Úbeda (Parador de Turismo Condestable Dávalos), el palacio del Marqués de Mancera y la Sacra Capilla del Salvador.

Plaza Vázquez de Molina

Plaza Vázquez de Molina

Andrés de Vandelvira

Andrés de Vandelvira con fondo del Palacio del Marqués de Mancera

El Palacio de las Cadenas era deslumbrante por su fachada y su patio interior. Era el palacio más grande del municipio, y debió impresionar en su época (1546 y 1565), porque seguía manteniendo una imagen de equilibrio en sus óculos, balcones, ventanales y remates. Un fastuoso palacio que el arquitecto había resuelto con arcadas su grácil simetría del patio interior. 

Palacio de las Cadenas

Palacio de las Cadenas

Patio del Palacio de las Cadenas

Patio del Palacio de las Cadenas

Interior del Parador de Turismo Condestable Dávalos

Interior del Parador de Turismo Condestable Dávalos

Caminando por la acera de la izquierda, mirando la fachada omnipresente de la Sacra Capilla del Salvador, apenas destacada la fachada – excepto por las banderas que ondeaban en el balcón – estaba el Parador de Úbeda (Parador de Turismo Condestable Dávalos). Otra casa solariega (Palacio del Marqués de Mancera. Torre del Tesorero), imponente por su aspecto torreado, cerraba la irregular Plaza por la acera derecha. La portada adintelada flanqueada por columnas era un modelo que Vandelvira asumió en el Palacio de Vázquez de Molina.

La fachada de la Sacra Capilla del Salvador aludía a su función como panteón del secretario de Carlos V (Francisco de los Cobos). Terminada la ejecución en 1530, unos artistas lo proyectaron (Diego Siloé) y  otros lo terminaron (Andrés de Vandelvira). La evocación de objetos y figuras funerarias aparecía en la misma fachada y cobraba igualmente simbolismo en el interior del templo. Rematada la fachada con una torre parecida a una cebolla, como otras centroeuropeas, manifestaba la interconexión de obreros y artistas que transmitían rasgos culturales de distintos países. En este caso, el entallador Esteban Jamete fue preclaro en la gestión de muchas de las imágenes registradas en el templo (por ejemplo, las virtudes y los vicios representados en la Sacristía).

En el interior, la perspectiva de la nave y de la rotonda separada por una enorme verja (Villalpando, 1555) distanciaba a fieles y los clasificaba en dos grupos sociales con espacios en los que Diego de Siloé volcó nueva creatividad que ya había anunciado en la Catedral de Burgos. El dorado altar de Berruguete, restaurado, mantenía el espíritu manierista italiano. La rotonda era una obra renacentista que mantenía los principios de unidad y equidistancia por la seriación de nervios, siguiendo los principios clásicos, que había proclamado Andrea Palladio. Una cúpula que te retrotraía en el tiempo a la visión del Panteón de Agripa de Roma.

Sacristía de la Sacra Capilla del Salvador. Detalle de sibila y cabeza

Atravesando una Puerta del Edén acodada, presidida por la Virgen de la Paz, se penetraba en la Sacristía. Aquí Vandelvira fue mágico para interconectar dos estancias, y Jamete un prodigio de creación liberal para destacar sobre figuras (sibilas) y cabezas el entablamento de la nave. Una estancia para contemplarla sin tener prisa.

Sacra Capilla del Salvador

Sacra Capilla del Salvador. Fachada exterior, interior y Puerta del Edén

Regresé al principio de la Plaza para entrar otra vez en la restaurada Basílica de Santa María de los Reales AlcázaresMonumento Nacional, que era el templo más importante de la ciudad. Como otros edificios religiosos y catedrales andaluzas, se levantaba sobre una antigua mezquita, cuando la ciudad fue conquistada por Fernando III. Contenía múltiples estilos artísticos. Sus fachadas eran admirables. Al este, la Puerta de Consolada, que congregaba a los fieles en la salida de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La fachada principal, flanqueada por dos espadañas, representaba en el centro la Adoración de los Pastores. La reja del interior de hierro forjado deleitaba la visión por la profusa decoración geométrica y la composición de las imágenes. 

Santa María de los Reales Alcázares

Basílica de Santa María de los Reales Alcázares

Palacio Vela de los Cobos

Palacio Vela de los Cobos

Úbeda se ensombrecía al atardecer, y en el cruce de las calles Juan Montilla y Horno Sta. Clara, destacaba el Palacio Vela de los Cobos de mediados del siglo XVI con trazas en la fachada de tres plantas del maestro Vandelvira. Edificio catalogado como Bien de Interés Cultural en el que destacaban los balcones, fundamentalmente el central y el esquinado, además de la galería de ventanas de la tercera planta.

Más arriba, entre las calles Real y Juan Pasquau, se levantaba majestuoso el rehabilitado Palacio de los Condes de Guadiana (Hotel Palacio de Úbeda) del siglo XVI que tenía balcones esquinados sostenidos por columnas toscanas de mármol blanco en la torre de cuatro cuerpos, ampulosamente renacentista. El último cuerpo remedaba la tercera planta que Vandelvira diseñó para el Palacio de los Cobos. La fachada del Palacio miraba el ábside de la Iglesia de San Pedro, pendiente de restauración. Si un visitante quería disfrutar del silencioso remanso de una placita recoleta, ésta de San Pedro le dejaría a salvo de los trajines de la vida urbana.

Palacio de los Condes de Guadiana. Hotel Palacio de Úbeda

Palacio de los Condes de Guadiana. Hotel Palacio de Úbeda

Las Antiguas Casas Consistoriales era un monumento civil de galerías adinteladas, de doble logia siguiendo el gusto italianizante, cuya fachada principal remataba con dos hornacinas que alojaban santos (San Miguel y San Juan de la Cruz), que miraban a la Plaza 1º de Mayo.

Antiguas Casas Consistoriales

Antiguas Casas Consistoriales

 

 

 

 

 

 

Un testero de la muy antigua Iglesia de San Pablo cerraba la Plaza 1º de Mayo por el norte. Había sido calificada en 1926 como monumento histórico-nacional. La fachada principal era románica. Otra, que miraba la Plaza era de estilo gótico-isabelino. La bóveda del interior era ya de estilo gótico tardío que remataba en una cabecera poligonal. Muchas capillas estaban protegidas por enrejados labrados de estilo plateresco. Otros espacios abiertos mostraban pasos de Semana Santa, como la Oración en el Huerto o Nuestra Señora de la Esperanza de Coullaut Valera.

Iglesia de San Pablo

Iglesia de San Pablo

Caminando con lentitud, sutilmente, por las callejuelas semivacías de ubetenses y turistas, asombrado y naturalmente contento por la inesperada sensación de retroceder al renacimiento, tuve la oportunidad de releer esta ciudad y de observar cuidadosamente algunos de los lugares que dejaban asombrados a los visitantes.

 

LMVA & Luis Miguel Villar Angulo

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