Toro y la Colegiata bañada por el Duero.
Toro: Cimborrio, púlpito de iglesia de San Julián de los Caballeros, ábside de iglesia de San Lorenzo, Torre del Reloj, vega y río Duero.
El pueblo zamorano de Toro celebra las Edades del Hombre bajo el lema del Agua en 2016 (AQVA).
Dos sitios expositivos bastan para llenar de cuadros, esculturas y objetos litúrgicos el simbolismo del agua de las Edades del Hombre. Dos raudales de piedra de arquitectura románica cobijan esta XXI edición de arte sacro: Colegiata Sta. María la Mayor e iglesia del Santo Sepulcro.
Toro, balcón sobre un meandro del río Duero, ha recobrado pujanza por la crianza de vinos en cuantiosas bodegas. Ahora, transmite el mensaje del bautismo como icono de evangelización en un evento efímero.
La silueta de una copa escamada de nenúfar invertido es enseña de la ciudad: el cimborrio de la Colegiata. Construida en piedra y sobre el crucero del templo, ilumina (o no) mentes creyentes; es uno los cuatro cimborrios del Duero con traza bizantino-leonesa. El pórtico románico de la Colegiata, éxtasis de policromía, ofrece vívidas imágenes bajo cubierta, como el Pórtico de Santa María de los Reyes en La Guardia alavesa.
Traspasada la Puerta del Mercado (Torre del Reloj), churrigueresca y de cuatro cuerpos, en dirección a la Colegiata, cruzada la Plaza Mayor y pasado el Ayuntamiento, el templo mudéjar y de una sola nave de San Lorenzo el Real, además de exhibir temporalmente la Virgen de la Mosca, tiene un ábside semicircular con doble arcada.
San Julián de los Caballeros, antes templo mozárabe, con varias remodelaciones arquitectónicas, su altar renacentista y su púlpito del siglo XVI están historiados con personajes y alusiones a santos.
San Sebastián de los Caballeros, y Fray Diego de Deza, toresano, obispo de varias localidades, inquisidor, arzobispo de Sevilla, protector de las ideas de Colón están unidos por el patrocinio del fraile para la reconstrucción macizada de la nave en el siglo XVI. Su interior conserva murales góticos procedentes del Real Convento de Santa Clara.
Iglesia Museo de San Salvador de los Caballeros. Románico-mudéjar la fábrica del templo en el exterior, en su día perteneció a los templarios, luego fue morada parroquial, y ahora movido a sorprender al visitante como museo de arte sacro: el ábside con pintura, el Cristo articulado, el Salvador bendiciendo, la Virgen encinta…, pinturas y esculturas que referencian la muerte, refieren lo divino, profesan un credo, celebran la liturgia de los siglos XV-XVI.
Así, el absorto espectador no ignora la comprensible religiosidad de los pueblos de la comarca toresana.
LMVA & luis-miguel-villar-angulo
Colegiata-cimborrio de Toro
