CU de la US
Luis Miguel Villar Angulo

Ciudad de Ibiza (Eivissa)

Ciudad de Ibiza (Eivissa), Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (1999).

Había decidido recorrer la fortificación de la acrópolis de Dalt Vila para visitar los siete baluartes renacentistas que figuraban en el mapa de la ciudad con una extensión de 10 hectáreas y un perímetro de 1.800 metros. Algunos bastiones estaban restaurados con elementos defensivos en desuso. La subida desde el Baluarte de Sant Pere, junto al parque Reina Sofía, al Baluarte de Sant Jaume por la Ronda Calvi y al Baluarte de Sant Jordi tenía una pendiente pronunciada por lo que los repechos llanos de los baluartes los aprovechaba para descansar; eran pequeños miradores de la ciudad (Museo-Necrópolis de Puig des Molins) y del Mar Mediterráneo. La fortaleza tenía a su izquierda una sucesión de ruinas de muralla medieval que la hacía impenetrable hasta que uno llegaba al Baluarte de Sant Bernat donde se abría un túnel o callejón que comunicaba con la plaza de la Catedral, entre éste y el Baluarte de Santa Tecla. Desde el Baluarte de Sant Bernat expandí los ojos hacia el Este mirando las estelas de los ferrys que navegaban a Formentera mientras el sol de mediodía convertía el horizonte en una mácula plateada rechinante. Caminando en dirección al Baluarte de Santa Lucía, que acogía el antiguo polvorín, el adarve se ensanchaba. Mirando desde allí a poniente, el ábside, la torre y los contrafuertes de la Catedral armonizaban en color con los paramentos de la fortificada villa. La vista al Norte detallaba el desarrollo de la ciudad moderna.

Ciudad de Ibiza (Eivissa)

Baluartes de Dalt Vila

Me detuve en la Catedral de la Virgen de las Nieves del siglo XIII de estilo gótico. Como otros muchos templos de la época de la reconquista, se asentaba sobre una antigua mezquita. Allí se devocionaba la Virgen de las Nieves (1937), alojada dentro de un templete, que era la patrona de Ibiza y Formentera. Junto a ella, a los pies del templo y en una urna, se exponía un Cristo Yacente y en otro altar destacaba una imagen de la Virgen Dolorosa, igualmente de la misma época que la Virgen titular del templo. Sobre una peana, la figura de Juan Pablo II recordaba su reciente beatificación, y en un recodo se mostraban vestigios históricos en una puerta con pilastras y capiteles figurados en piedra de apariencia gótica (siglo XIV). El órgano lucía esplendoroso por la madera y los tubos, pero la crítica litúrgica ponía en duda su ajuste acústico. En el exterior del templo, la torre de dos cuerpos de campanas era la silueta que dominaba no solo la plaza sino también Dalt Vila. De hecho, parecía el icono salvado de la ciudad vieja. El interior de la Catedral tenía una nave de estilo barroco con decoraciones relucientes sobre arcos y bóveda.

 

Ciudad de Ibiza (Eivissa)

Catedral

 

Desde el mirador del Rey Jaime I de la plaza de la Catedral, al lado de la Casa de la Curia con vestigios góticos, se divisaba la ciudad en su modernidad extendida hacia el Oeste y el Norte, que abrazaba las estaciones marítimas, el club, el moll de pescadores, el residencial Las Boas de Jean Nouvel o el Pacha de eventos turísticos. Era la zona más comercial y residencial y como tal, ruidosa y de selecta restauración. Así que no valía la pena extenderse mucho más allá con la vista. Eso sí, el enjambre de callejuelas desde la plaza de la Catedral, bajando por la calle Major, tenía casas bajas con cartelas que anunciaban recuerdos (la villa palaciega donde residieron Rafael Alberti y Maria Teresa León en 1936 hasta que los descubrieron), historias de calles que aludían a la presencia documentada de los judíos en 1394 (Calle de los Judíos), museos de artistas locales (Museo Puget), capillas alusivas a la entrada de los cristianos en la ciudad en 1235 (Capilla de San Ciriaco, patrono de la ciudad) o conventos (Santo Domingo). Unos edificios estaban construidos sobre piedra vista y otros enfoscados en la blancura del yeso. Algunas callejuelas estaban abiertas al tráfico rodado con curvas que desafiaban a conductores expertos en esquivar roces en las chapas de coches usados. 

 

Ciudad de Ibiza (Eivissa)

Calles de Ibiza

Descendiendo por el interior de la ciudad atravesé la arquería del Rastrillo antes de salir por el puente levadizo del Portal de Ses Taules donde se contemplaba la grandeza del recinto amurallado construido por el ingeniero italiano Giovanni Battista Calvi para evitar ataques turcos y berberiscos. Encima del Portal, un escudo recordaba la época en que fue financiada la construcción por la Corona (Rey Felipe II, 1585). Entonces tuve que imaginar cómo habría sido esa zona comercial de entrada a la ciudad con estatuas romanas (ahora son copias), que posteriormente se ha transformado en el comercio de la moda Adlib, las agencias de visitas turísticas y los atractivos espectáculos para un público amante de la naturaleza (y de las noches febriles). Ibiza y Formentera reconocían a personajes singulares de su historia: desde el canónigo e historiador Isidor Macabich i Llovet al monumento dedicado a Vara del Rey, ibicenco, muerto en la Guerra de Cuba y situado en la Plaza des Parc con edificios coloniales que daban otra apariencia urbanística a Eivissa.

Ciudad de Ibiza (Eivissa)

Portal de Ses Taules, estatuas de Vara del Rey y de Macabich i Llovet

La visita al Museo de Arte Contemporáneo (MACE), junto al Baluarte de San Juan, fue una sorpresa relajante por el atrevimiento arquitectónico del edificio tras remodelarse una antigua Sala de Armas de 1727. No había apenas público en aquel inmueble acondicionado del siglo XVIII y las salas expositivas alojadas en varias plantas permitían la contemplación tranquila de pinturas y esculturas. Abierto en 2012, había sabido acoger artistas locales, como el dibujante Portmany y otros consagrados (Tapies, Equipo Crónica, Gordillo, Broto, Millares, etc.). El museo tenía una sección didáctica que lo convertía en un espacio atractivo para la enseñanza-aprendizaje de las artes visuales a los escolares y para el desarrollo de otras actividades culturales (charlas y lecturas poéticas). Los ventanales abiertos de una sala al Portal de ses Taules creaba un escaparate para la comunicación con la época del renacimiento. Se podía hablar cómodamente de arte con los vigilantes de las salas. Comenté a uno de ellos que este museo de arte contemporáneo isleño se podía parangonar con el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (CACT) de Lanzarote (véase este post en el blog), igualmente ubicado en un castillo y cercano a las aguas del puerto, y me dijo que lo conocía porque había trabajado allí de vigilante. Casualidades… 

Ciudad de Ibiza (Eivissa)

Museo de Arte Contemporáneo. Obras de Rafols-Casamada, Tur Costa, Echarri, Flanagan, Gordillo, Portmany, Schlosser, Vallribera… y arcada del Rstrillo

Desde luego, no había emprendido un análisis minucioso de todas las calles, baluartes y ambientes de Dalt Vila. Quería haber contado más encuentros con personas de distintas voces, visitantes de muchas naciones que decidieron residir y pintar aquí, o describir mis impresiones de otros sitios conocidos e insospechados de la Ciudad de Ibiza (Eivissa). Eso será objeto de otro post donde daré importancia, no desdeñable, a los mercadillos (por ejemplo, las Dalias o es Canar), a los pueblos de Santa Eulalia des Riu y San Antony des Portmany o a la isla de Formentera, sin olvidarme de los valles de almendros en flor, la transparencia de las aguas de las playas o las puestas de sol. 

Miscelánea de vistas de Dalt Vila

Un remate del post rememorando al poeta ibicenco Ben Clark:

«… y ser amigo cuando no

haya nada de nada y solo queden

palabras sobre el pan, y si eso ocurre

ser abrazo de roca y ser su barca,

porque esa es su tarea, la tarea

de un hombre que no puede y que no sabe,

pero que ama y comprende los milagros».

 

 

Luis Miguel Villar Angulo

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